MUSEO CONVENTO DEL BUEN PASTOR

Al llegar al parque de La Recoleta, sobresale un hermoso muro colonial que se mantiene intacto desde 1600, en la que el museo- convento fue edificado por el fray Pedro Bedón.

Cuando construyó esta obra, Bedón se basó en la moda de la época porque las llamadas recoletas surgieron en el contexto del movimiento contrarreformista español.
Por lo general se escogían los sitios apartados, a fin de que sirvieran de refugios espirituales. Los dominicos auspiciaron esta obra.

Al ingresar por la puerta principal, el visitante encuentra un pequeño patio central como una especie de antesala.

Este templo guarda todavía parte del trazo inicial. Es abovedada de una sola nave y tiene cúpula sobre el altar mayor. Dicho en otras palabras, es la típica recoleta de la época.

Junto al lado izquierdo de la iglesia existe una puerta de tipo colonial que lleva al visitante al museo.

Un hermoso patio, inmenso, del tamaño de un cancha de fútbol, adornado por una escultura central y jardines, está en el medio de una edificación tipo cuadrangular.

Sobresalen las habitaciones de las monjas del Buen Pastor. Todas ellas se conservan intactas desde la fundación del inmueble, y algunas incluso tienen hasta la decoración de la época.

Junto al puerta de ingreso, en la planta baja, están las dos primeras salas del museo, la de historia y la dedicada a la Virgen. Las habitaciones se mantienen bien conservadas, con muebles de la época. Sobresalen varios óleos del siglo 19. Los muebles son los que donó la madre del cardenal Federico González Suárez.

Antes de subir al tercer piso, el visitante hace una especie de parada en la iglesia o altar mayor. Es el típico templo colonial, decorado con varios cuadros donados por pintores franceses.

Si alguien quiere saber cómo eran las escaleras de las casas antiguas, no debe perderse esta hermosa oportunidad, porque para llegar al tercer piso del inmueble, donde está la tercera sala, hay que subir una escalera de casi veinte escalones.

La tercera sala no es sino una especie de galpón de unos 40 metros de largo. Sobresalen varios óleos del siglo 19, al igual que una buena colección de las monjas fundadoras del Buen Pastor.

En una especie de anaquel, se conserva el cáliz del vino envenenado que tomó monseñor Ignacio Checa y Barba, en el año de 1877, cuyo crimen fue atribuido a los masones.

En fin, el museo- convento del Buen Pastor no es sino una de las pocas reliquias del pasado de Quito que todavía permanecen intactas.

DIRECCIÓN: Vela 141 y Maldonado junto al Ministerio de Defensa.
HORARIO DE ATENCIÓN: 09h00 - 14h00
PRECIO:

Adultos (nacionales o extranjeros)  $1.00 USD 
Niños  $0.50 USD
TELÉFONO: 02 3060 185.


No hay comentarios:

Publicar un comentario