LA CATEDRAL PRIMADA DE QUITO

Este magnífico templo guarda una invalorable colección de esculturas y pinturas de la Escuela
Quiteña. Fue construido en el siglo XVI, en el espacio que se convertiría en el corazón del Centro Histórico y de la ciudad. Sus arcos, su techo y altar barroco, sus coros neoclásicos y su fachada la hacen única y deslumbrante. Aquí reposan los restos del héroe de la Independencia, el Mariscal Antonio José de Sucre. 

En el corazón del Centro Histórico, está ubicada La Catedral Primada de Quito. La construcción del cuerpo principal data de los años 1560 y 1567, a mediados del Siglo XVI. “La traza de la villa” asignó a la iglesia el solar que limitaba al norte por la Plaza Mayor y al sur por la quebrada que baja del Pichincha, sucesivamente, llamada “Quincuhuayco”, “Sanguña” y del “Tejar”. 

Allí los religiosos Juan Rodríguez y Francisco Jiménez, cofundadores de Quito y primeros curas, construyeron una capilla de adobe y techo de paja. En una placa, colocada en la fachada, cerca al ingreso lateral, en el pretil, calle Espejo, se da cuenta del hecho. 

La Catedral actual fue concluida en 1567 y consagrada en 1572. “Se trata de la edificación de mayor jerarquía eclesiástica en Quito y mantiene hasta hoy sus funciones originales”. El domo, que da hacia la plaza, data de inicios del siglo XIX. Los arcos son de estilo gótico. El techo y retablo del altar mayor tienen adornos mudéjares y barrocos, tallados en madera. El coro es una muestra de inspiración de lo neoclásico. 

El ingreso principal está ubicado en la calle García Moreno. La edificación se reconstruyó en 1660, luego de la erupción del Pichincha, y en 1755 y 1868 por los terremotos de esos años. En 1992 se realizaron trabajos en la estructura y en las cubiertas. En 1997 y 1999, respectivamente, se hicieron reparaciones en el atrio y pretil. El atrio ocupa una cuadra en la calle Espejo. 

En su fachada están colocadas algunas placas. En una se menciona a Quito como Descubridora del Río Amazonas. En cinco, constan los nombres de los fundadores de la ciudad. En otra se lee, Quito Patrimonio de la Humanidad. En una pequeña se informa: Catedral, siglo XVI, Erigida como Iglesia Mayor (1545-1572); reformada en los siglos XVII-XVIII y XX.

En el interior del templo, se ora y a la vez se hacen visitas turísticas. En las paredes interiores se observan pinturas en lienzos, imágenes religiosas talladas y murales.

En el santuario se destacan tres naves, en sentido occidente-oriente, y una transversal en la parte posterior del altar mayor. La nave central tiene un artesonado en madera de cedro con influencia mudéjar. En las denominadas enjutas o espacios triangulares, entre las puntas de los arcos, se observan doce frescos del siglo XVIII, pintados por Bernardo Rodríguez y Manuel de Samaniego. Causa admiración el de La Última Cena, ya que Jesús tiene en su mano una “humita”, mas no el clásico pan, además chicha pero no “vino”.

Los visitantes ingresan a las diferentes capillas según su orden: De las Almas, El Calvario, La Negación de Pedro, San Pedro Primer Papa de la Iglesia, La Divina Parentela o Sagrada Familia y al mausoleo dedicado a la Memoria del Mariscal Antonio José de Sucre. En este lugar, Luis Mideros, en pinturas murales, resalta los hechos históricos del Héroe de Pichincha. El retablo mayor, tallado en madera y cubierto con pan de oro, corresponde a Manuel Chilli-Caspicara. La Coronación de la Virgen, pintura en lienzo, de Manuel de Samaniego, está ubicado en el centro del retablo.

En el museo de la Catedral se conserva una valiosísima colección de pinturas y esculturas, en cuyas obras los maestros de la Escuela Quiteña imprimieron sus características en cuanto al tallado y pintura. Entre ellas se destaca, la obra maestra del expresionismo conocida como El descendimiento de Cristo, y otras esculturas de Caspicara. Las pinturas en lienzos corresponden a la autoría de los afamados maestros Manuel Samaniego y Bernardo Rodríguez. La leyenda de La Catedral: El gallo de la Catedral siempre está erguido, en la cúpula mayor, y vira según la corriente de aire. La leyenda cuenta que don Ramón entraba a la tienda de doña Mariana, en la bajada de Santa Calina, a tomarse unas mistelas. Esa era su costumbre.

HORARIO DE ATENCIÓN:
lunes-sábados- feriados, 9:30-17:30;
COSTO: 
adultos 1.50 dólares
estudiantes y 3ra. Edad 1 dólar. 
Ingreso por la calle
TELÉFONO: 257 0371 
E-MAIL:catedral@interactive.net.ec























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